THE END

Bien, pues en primer ligar, aquí tenemos el cartel de "Excelsior (En busca de Stan Lee)", el magnífico cortometraje en el que he participado y que se estrenó mundialmente en la "Segunda Semana del Cómic de Almería", donde, por cierto, me hicieron entrega del segundo premio del certamen de cómic de la provincia.
En El Ejido, que es donde tuvo lugar el evento, pude dibujar codo con codo con el MAESTRO Juan Gimenez, creador de, entre otras muchas cosas, "La Casta de Los Metabarones", junto con Alejandro Jodorowski. Aquí me ven, más ancho que largo.
Estas dos instantaneas pertenecen a la fiesta de cumpleaños/inauguración de casa/desparrame total que hicimos en la casa de mi colega Antoñaso. Creo que no hacen falta comentarios...
Como tampoco hacen falta comentarios en esta otra foto. Que peligro tiene la casa de Antonio, con tanto juguetito suelto...
Y bueno, eso es todo de momento. Os emplazo a que visiteis en pocos días de nuevo este blog, porque tengo preparado un post especial sobre una de mis películas preferidas. Aquí teneis un avance...
¡¡Asi que atentos, chicos, porque ahora poseo una auténtica katana de Hattori Hanzo!!¿A que es una auténtica preciosidad?
A ver si poco a poco voy aumentando la colección: ya tengo dos katanas, un tanto (puñal japonés), un sable del 7º de caballeria y una cosa oxidada que antes era una replica bastante mala de la Tizona del Cid.
Y ya que estamos, voy a comentar algo sobre esa grán película que es "Kill Bill vol. 1":
Quentin Tarantino es un tío raro, más que un perro verde, pero, por lo menos para mí, es un genio. Y no porque sus películas sean muy innovadoras en cuanto a las historias que cuenta, sino por cómo las cuenta. Tarantino ha creado un universo muy personal en el que las venganzas entre matones, los atracos, las traiciones, son el pan nuestro de cada día, pero con historias que realmente hemos visto mil y una veces: el poli infiltrado, el matón que se lía con la novia del capo mafioso, el boxeador acabado que no quere amañar su última pelea, asesinatos, ajustes de cuentas, traiciones, VENGANZAS... No obstante, sabe darles un toque tan personal a la hora de contarlas, que producen auténtica fascinación. Eso ocurre en "Kill Bill vol. 1", las bandas de yakuzas, los asesinos de élite, las traiciones, las venganzas, el honor... son temas sobre explotados en el cine oriental, y como fan de este cine que es, Tarantino lo que hace es recoger todos estos temas, agitarlos un poco, y contarnos una historia con cientos de referencias a cual mas friki. Y de entre todos los momentos de la película, me quedo con dos, realmente impresionantes:
EL HOMBRE DE OKINAWA
Sin lugar a dudas esta es la escena más emotiva de toda la película. Arranca con un sentido del humor sencillo al que no nos tiene acostrmbrados el tío Quentin, del que nos esperamos en cualquier momento el chiste más soez, para luego cambiar las tornas y encandilarnos con la ceremonia de entrega de la katana. Realmente impresionante la escena y lo que es capaz de sacar Tarantino de un actor como Sony Chiba.
ENFRENTAMIENTO EN LA CASA DE TÉ
Aquí al amigo Quentin se le va la pelota, haciendo un auténtico "sanguinariamineto", una masacre en toda regla de esbirros que solo sirven para chorrear sangre a mansalva. Pero mola que te cagas. Es una pena que, para evitar las quejas de los productores por la extrema violencia, quitara el color de la escena y lo dejara en blanco y negro.
La escena termina con el inevitable enfrentamiento con O-Ren, la jefa de todos los yakuzas. Tarantino toma como referencia la película japonesa "Lady Snowblood" y lo ambientando todo con música tex-mex, dándole un aire de western al climax del film. Como no podía ser de otra manera, O-Ren muerde el polvo a manos de La Novia, soltando la ya mítica frase "en verdad era una katana de Hattori Hanzo" antes de morir.
Según las últimas noticias que tengo gracias al blog Cineactual, Tarantino tiene previsto hacer la tercera parte... ¡dentro de 10 años!
¡Si, está zumbao, pero mola!Bueno, lo primero que los observadores avispados habrán podido contemplar (ademas de la cara de torrija de Antonio... ese de la perilla), es que el camarero, japonés lo que se dice japonés, no era. Que lo mismo el tío esta nacionalizado japonés, o nació en pleno centro de Okinawa, pero vamos, un poco raro si que queda con el kimono rojo. Luego, vimos que el resto de la gente que trabajaba en el restaurante habia nacido en la parte sur de aquél continente que descubrió Cristobal Colón, en especial el metre, que tenía un acento mejicano que tiraba patrás. Cuando nos preguntó que qué queríamos, estuve a punto de decirle: "Pos manito, traete ahoritíta unos frijoles y unos tequilas, güey!!!!", pero vamos, que conseguí contenerme. Ya fuera de coñas, la verdad es que nos atendieron estupendamente, sin ningún tipo de quejas. Bueno, o casi...
Las mesas estan alrededor de la plancha, donde el cocinero prepara en vivo y en directo la comida. Es todo un espectáculo, sobre todo cuando empiezan a hacer malabarismos con los cuchillos. Lo malo es que se le escape alguno y este a punto de hacerle un tercer agujero en la nariz a uno de los clientes. Bueno, pues, ¿¿¿adivinan a quien estuvo a punto de pasarle eso DOS VECES??? Pues sí, a mí, el pringao de turno vamos...
El problema es que la comida japonesa es un tanto dificil de degustar la primera vez, a mucha gente le hace falta probarla un par de veces antes de cogerle el gustillo. Esto les paso a Manolo y a Jose, que en algún momento se vieron en apuros intentando tragarse un trozo de sushi. Por no hablar del wasabi, que para primerizos es bastante fuerte. ¡Ya sabes Manolo, poquito a poco, no medio bote!
Aquí de nuevo vemos a Akira Osvaldo de Todos los Santos Ramíres Fujisaki preparando los platos. Estaban deliciosos. Yo, que iba sin apenas hambre despues del atracón de comida china que nos habiamos dado al mediodía todo el equipo de producción del cortometraje que hará historia "Excelsior! En busca de Stan Lee" (ya os contaré por aquí), en cuanto me llegó el olor de la comida, empecé a salivar cual alien ante la teniente Ripley en braguitas correteando por la Nostromo. Claro que oler, lo olí todo, porque debí convertirme por obra de algún espíritu de samurai cabreado en la campana extractora del local, porque todos los humos iban hacia mí. Pero en el fondo me gusto, no creais...
Y después, habia que tomarse algo para hacer la digestón. Nada mejor que la fórmula magistral del Dr. Calimocho para rebajar la comida, elevar la moral y limpiar cuberterías de plata. Gentileza del Pub Porrón, con sus famosos caramelos Sugus para acompañar.
Para terminar, haremos la ronda de presentaciones de los asistentes. Aquí arriba las cuatro preciosidades que nos acompañaron (de izquierda a derecha): Irene, Nuria, Lucía y Raquel.
Luego tenemos a (empezando de derecha a izquierda): Jose, Antonio, Manolo y un servidor, ese que se parece a un híbrido entre el Monstruo de Frankenstein y el Oso Yogui. Como me aprecio a mi mismo...
Y aqui todos juntos, posando como buenamente podíamos para entrar todos en la foto.
Bueeeeeeno, pues eso ha sido todo. No solo de frikadas va a vivir este blog, de vez en cuando tambien habrá que poner cosas de esas que hacen las personas normales con vida social y todo. La noche del sabado lo pasamos como pitufillos y espero que pronto lo repitamos.
¡¡¡Un saludo a todos!!!